¿Con derecho a qué? No te hagas la loca, que sabes perfectamente a lo que me refiero. Da igual cómo lo llames (amigo con derecho, con beneficios, con ventajas, con derecho a roce, ‘amigovios’ o ‘folliamigo’), ¿quién no ha tenido uno? Y si no lo has tenido directamente, seguramente alguien cercano lo ha experimentado. Todas (y todos) estamos familiarizadas con este tipo de amistades. Pero, ¿por qué son tan comunes hoy en día? ¿Está bien tener un amigo con derecho? Acompáñame esta semana y descubramos juntas si este tipo de relaciones te convienen o no...
Para entrar en contexto (y también por si vives debajo de una roca), te voy a explicar lo que significa este tipo de relación. Los amigos con derecho son una amistad en la que ambas partes mantienen relaciones sexuales únicamente por el placer físico. Es como entrenar un deporte con un compañero: la gratificación es inmediata y no buscas nada más. La idea es disfrutar del momento, sin complicarse. No hay exclusividad entre ellos, lo que deja abierta la puerta para más encuentros con otras personas. Aunque, siendo honesta, yo no lo definiría como una "amistad" en toda regla, ya que (en teoría) no debería haber sentimientos de por medio, y con las amistades solemos tener una conexión más cercana. Tu amigo con derecho es esa persona a la que llamas cuando tienes la libido por las nubes, pero no te apetece algo profundo; solo quieres satisfacer tus deseos sexuales.
Sumergirte en este tipo de relaciones te permitirá experimentar nuevas facetas de tu sexualidad y a no cerrarte a nuevas experiencias. Puedes tener varios encuentros (si así lo deseas) sin ese sentimiento de culpa que surge cuando estás con alguien más comprometido. Con un amigo con derecho no hay dramas, ni celos ni sentimientos incomodos. Todo es relax and chill. Te puedes concentrar únicamente en tu deseo y tu placer.
Ojo, es muy importante saber elegir a tu amigo con derecho. Debe ser alguien que te despierte esa chispa o electricidad en el cuerpo, pero que, al mismo tiempo, no sea alguien con quien te veas a largo plazo. Es decir, alguien que te atraiga físicamente, pero con quien no te imaginas pasando la vejez (sí, ya sé que suena un poco exagerado, pero te aseguro que es un tip muy útil). Esta distinción es clave, ya que te ayudará a mantener una barrera emocional y evitar malos entendidos. Ambos deberán estar de acuerdo que las reglas que pacten y el tipo de relación que tendrán. Como en cualquier relación, la comunicación es esencial para que las cosas fluyan y ambos la pasen bien, sin complicaciones.
¿Y qué pasa si surgen emociones de esos encuentros? Pues entonces ya estamos hablando de otra cosa. Te pondré un ejemplo: Imagina que una chica llamada Alicia frecuenta a un chico llamado Cheshire. Se conocieron a través de amistades en común, pero no tienen mucha química al conversar. Sin embargo, después de una noche de copas en Año Nuevo, ambos ceden a sus deseos y descubren que tienen una gran química sexual. Alicia es un poco inocente en este campo, tiende a ilusionarse fácilmente. Cheshire, por su parte, solo quiere jugar. No está interesado en ataduras, siente que está en una etapa de experimentar y explorar, sin necesidad de compromisos. Tener una relación no forma parte de su ecuación.
Después de varios encuentros, Alicia comienza a desarrollar sentimientos por Cheshire. Ya no lo ve solo como alguien que satisface sus necesidades físicas; ahora le tiene un cariño que crece a medida que se frecuentan. La química que comparten entre las sábanas la hace volar a otra dimensión, algo con lo que ninguno contaba. Alicia empieza a enamorarse de Cheshire. En uno de sus encuentros, ella decide confesarle lo que siente, con la esperanza de que él sienta lo mismo. Pero al hacerlo, se encuentra con que él no está interesado en ataduras. Le deja claro que si ella quiere algo más, debe buscarlo en otra persona.
Si Alicia es inteligente, probablemente debería cortar la relación de inmediato. ¿Por qué seguir invirtiendo tiempo en alguien que no está interesado en algo más? Pero claro, cuando los sentimientos ya están involucrados, dejar ir a esa persona no es tan sencillo. Aquí es cuando la relación de amigos con derechos puede volverse tóxica. Y ojo, que también puede pasar al contrario. Si Fuese Cheshire quien se enamora y Alicia la que quiere mantener las distancias, sigue siendo una relación confusa para una de las partes.
¿Es conveniente tener un amigo con derecho? Eso depende de ti. Si te conoces y sabes que no eres el tipo de persona que lleva bien una relación sin compromiso, entonces tal vez no sea lo tuyo. Tener un amigo con derecho debería ser sinónimo de libertad y exploración (sin presiones) de tu sexualidad. Debería ser alguien con quien te diviertas sin sentir la obligación de estar atada o comprometida. Si, de paso, surge una amistad real, ¡ya ganaste! Pero es súper importante que tengas las cosas claras, tanto contigo misma como con la otra persona.
Yo he tenido en varios momentos de mi vida amigos con derechos. Algunas veces se convirtieron en una relación, pero la mayoría de las veces no. Y no es culpa de nadie. Si una de las partes no está abierta a tener un compromiso, no hay que forzar nada. Y si no te aporta, mejor dejarlo ir (o dejar de tener encuentros 'amistosos'), no vale la pena complicarse. Hay muchos peces en el mar, no hay que aferrarse al que no quiere estar contigo.
Y te digo más: Don Besucón fue mi amigo con derecho por al menos medio año antes de convertirse en mi pareja. Nuestra relación surgió naturalmente. Con cada encuentro nos acercábamos un poco más. Un día, después de que él volviera de un viaje (en el cual me había dado cuenta lo mucho que lo extrañaba), le dije lo que sentía (justamente para saber si continuaba viéndolo o si seguía mi camino), y bueno curiosamente él sentía lo mismo. Digamos que tuve suerte (esta vez) con mi amigo con derecho (guiño, guiño).
Si decides tener un amigo con derecho, déjate llevar por lo que surja. Si empiezas a sentir emociones fuertes, habla de lo que sientes. Si la otra persona siente lo mismo, ¡adelante! Si ambas partes son honestas, una amistad con beneficios puede funcionar e incluso convertirse en algo más. Todo dependerá de la química que exista entre ustedes y de si están dispuestos a seguir sus propias reglas. ¿Te recomendaría una amistad con beneficios? Eso depende más de ti que de mí. Si te sientes cómoda en relaciones sin compromiso y te gustaría disfrutar de tu soltería, entonces sí, te la recomendaría. Pero si eres una persona que necesita una conexión emocional para poder disfrutar de lo físico, entonces mejor no entres en una relación así, porque podrías acabar lastimada. Si ambos son honestos desde el principio, esta relación puede ser muy positiva y satisfactoria. ¿Estarías dispuesta a probar?
Como verás depende de muchas cosas, pero lo mas importante es que tú siempre tienes el control. Es en esa libertad, que justamente te dan este tipo de relaciones, que aprendes a identificar lo que quieres (o al menos lo que no quieres), lo cual siempre es un aprendizaje. Y eso es lo más valioso: conocerte mejor a ti misma. ¿Haz tenido algún amigo con derecho que te haya marcado? ¿Recomendarías a otras chicas tener uno? Si deseas compartir tus experiencias, te leeré con gusto en la caja de comentarios. Y recuerda: al final, un amigo con derecho es como una canción de verano: empieza divertido, pero si se alarga demasiado, te acaba cansando. Así que, diviértete mientras dure, pero recuerda que tú decides cuándo ponerle fin (o cuando dar el siguiente paso).
¡Nos leemos en el próximo post!💘
Desde Venezuela, muy buena tinta la de hoy
ResponderBorrarMuchas gracias!!! ❤❤❤
BorrarJajajaja buenísimo mami que vivan los amigos 😁😁😁 Dios te bendiga ♥️♥️
ResponderBorrar¡¡¡Que vivan!!! hahahaha te amo mami❤❤❤
BorrarBuenos diaas wuuuao está la lectura muy buena ,más yo imaginado me todo .....también sería bueno que le colocarán vídeos con temas ya que hay personas que no le gustan leer ,más Ami me encantooo
ResponderBorrarEs algo que me piden mucho y la verdad es que lo estoy considerando! Muchas gracias por leerme y por ese lindo comentario❤❤❤
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