El sábado 27 de septiembre de 2025 se llevó a cabo el evento del año. Una mujer dio el sí quiero en el altar y las redes sociales explotaron por lo que ocurrió. ¿Por qué? Principalmente porque la gente se alegró por ella genuinamente. Durante mucho tiempo fue la mujer que llegaba sola, que salía sola, que soñaba sola. Tuvo algunas relaciones, pero nadie que la llevara a su final feliz. La gente se sorprendió por su elección, pero lo que más se repite es lo evidente: esa sonrisa amplia que no se puede fingir. Ella era la eterna soltera… hasta ese sábado. A pesar de su imagen de empoderamiento e independencia emocional, había algo que le faltaba: el amor. Y en este punto no sabes si estoy hablando de mí o de Selena Gomez (que se casó el mismo día). La diferencia es que ella lo hizo en Los Ángeles y yo en Altea. Y, aunque las comparaciones son odiosas, también son inevitables. Así que, ¿quién dirías que ganó? Pues obvio: yo. Porque el Mediterráneo no necesita filtros. Pero la verdad, lo importante fue lo que nos pasó a las dos ese mismo día: dimos el sí quiero frente a toda nuestra gente más importante a nuestro gran amor.
Dejando de lado a las celebrities, mi boda es de lo que he venido a hablar. Pero… ¿por dónde empezar? Luego de unas merecidas vacaciones, ¡he vuelto! El mes de septiembre quedará grabado en mi memoria como uno de los más intensos, pero a la vez más felices de toda mi vida. Y no es para menos. Con todo lo que ha pasado entre la boda, la visita de mi familia y luego mi desconexión del mundo (que mi cuerpo y mi mente me pedían a gritos) durante la luna de miel, no tuve tiempo ni siquiera de asimilar lo que me había pasado. Mi madre llegó, como te conté en el post anterior, un par de semanas antes del gran día. Pero no fue la única. Mi padre también viajó, junto a mi hermana y mi sobrino (al que aún no había podido conocer desde que nació en diciembre) para estar conmigo. Mi mejor amigo también vino desde Venezuela. Solo mis amigas de aquí, de diferentes partes de España, no tuvieron que cruzar el charco. Fue un evento que unió a nuestro círculo cercano, pero sobre todo unió a mi familia. Y esa, sin duda, fue una de las partes más bonitas.
Fueron muchos meses de preparación. Muchísimos detalles y una logística que seguir al milímetro. Todo empezó con las fotos de la preboda, allá por primavera. Fue justo entonces cuando comencé a planificar la boda. Aquí elegí mi primer outfit (el que además usaría en el evento civil en el ayuntamiento): un vestido blanco de manga larga, medio hippy, medio chic. Lo acompañé con unos tacones blancos… ¡con plumas! Sí, amiga, con plumas. Es que me quería divertir, y la preboda era la ocasión perfecta para hacerlo.
Esas fotos, además de ser un recuerdo precioso, nos sirvieron más adelante para diseñar las invitaciones, decorar la boda y, claro, hacernos un poco de “publicidad” (solo en nuestros círculos, no es como que seamos influencers 😅) en redes sociales. La canción que elegimos como soundtrack de la boda también la decidí por esas fechas, aunque la verdad es que desde que la escuché el verano pasado ya me había enganchado. Me identifiqué con su letra desde la primera vez que la oí con atención. Die with a Smile, de Lady Gaga y Bruno Mars (uno de los grandes hits de finales del año pasado), se convirtió en la banda sonora (oficial) de nuestra boda.
Y el lugar… amiga, qué lugar tan mágico el que encontré. Te confieso que desde el principio tenía intención de hacer una boda con poco aforo. Soy una persona que, aunque se exponga en redes, la verdad es que es muy tímida. Así que no es que tenga muchísimos amigos que invitar. Eso sí, la gente que estuvo tiene una calidad que no la suple ninguna cantidad. Pero bueno, volviendo al lugar: el hotel fue el Cap Negret, en Altea (Alicante). Es un sitio mágico, sobre todo por las vistas. Está justo frente al mar, y el espacio donde celebramos la ceremonia tiene una vista directa al Mediterráneo. Y la verdad es que tengo que darle el crédito a Don Besucón, porque, ya que la boda tendría la mayoría de los detalles elegidos por mí (como suele pasar casi siempre con las bodas), él tuvo el honor de decidir el tipo de lugar. Y su idea de celebrarlo frente al mar fue un gran acierto.
Y claro, en ese sitio el aforo máximo era de 60 personas. A mí me sobró. Es verdad que Don Besucón conoce a más gente que yo, pero sobre todo en ambientes laborales (que no necesariamente son personales), así que por su parte tampoco había demasiados invitados cercanos. Somos como dos artistas incomprendidos que están tan a gusto entre ellos, que no necesitan demasiada interacción con el mundo exterior. Pero, hablando claro, también somos unos frikis (bien raros y bien solitarios).
Él, porque ama tanto la música que prácticamente se casó con ella en su juventud (al menos, hasta conocerme). Tocar el piano, la percusión, componer y dirigir coros son parte esencial de su vida y de su rutina. También ama el silencio, nadar, caminar, el mar (por eso lo eligió como sitio para la boda) y escuchar música clásica mientras sigue la partitura (cosas que solo hacen los músicos). Y yo… bueno, digamos que soy una friki del terror, del maquillaje, del autocuidado, de las teorías conspirativas y del tarot (sí, amiga, soy lectora y amante de las cartas; es mi nuevo hobby y no sabes cuánto me fascina. Ya te haré un post más adelante dedicado a ese tema). También tengo la escritura, la lectura, mi trabajo y el blog.
Amo salir, y en mis 20’s salía casi a diario (sí, solo iba a casa a cambiarme y dormir). Pero claro, en esa época vivía más hacia afuera. Necesitaba más soporte emocional, más validación y vivir experiencias emocionantes y nuevas (fiesta, amigos que no son amigos, malas decisiones y ruido). Pero entonces llegaron los 30’s, y con esta década llega la madurez (o al menos fue mi caso), las responsabilidades, las crisis existenciales… pero también el amor propio. Cuando comienzas a cuidarte, tu tiempo se vuelve cada vez más valioso. Aprendí a disfrutar el silencio, el tiempo en casa, los momentos lentos. Aún salgo con mis amigas, obvio, pero ya no tanto como en mis 20’s. Estoy muy a gusto en casa con mi ahora esposo (más adelante te contaré cómo me sentí en la luna de miel con eso de llamarlo esposo por primera vez), mi gata y mis quehaceres del día a día.
Continuando con la boda, mi traje fue el primero en ser elegido. El traje de novia siempre es más caro, más complicado, más delicado y, por supuesto, más pesado. Pero también es muy, muy hermoso. A veces la vida, el destino, el universo o como quieras llamarle, trabajan de maneras misteriosas pero acertadas. Cuando conocí a Don Besucón, a los pocos meses comencé a trabajar en una tienda de vestidos de novia. Y la verdad es que, aunque muchos me parecían bellos, no había conectado con ninguno. Era muy buena ayudando a las novias a elegir su vestido; muchas veces mi consejo terminaba siendo la decisión final de la prometida.
Un día, mi entonces jefa cambió los afiches de los vestidos en exposición, y apenas lo vi, me enamoré. Ese día le dije a mi jefa y luego a la costurera (y funcionó como manifestación): “El día que me case, si algún día me caso, será con ese vestido”. Honestamente, no tenía planes de casarme. Le huía al compromiso. Pero cuando me comprometí, ya sabía qué vestido iba a usar. Era blanco (obviamente), de tela de raso, con un escote estilo corazón, en corset, con las mangas caídas a los lados y una cola que no era ni demasiado larga ni demasiado corta. ¡Además tenía bolsillos! Un espectáculo de vestido. Lo acompañé con nos tacones rosa palo de tiras finas, sencillos pero elegantes.
Para Don Besucón fue más sencillo. Pedimos una cita en una sastrería y yo lo acompañé. Sí, ya sé: se supone que no debía saber cómo iría vestido, pero además de ser su esposa soy su estilista de moda (y lo mejor de todo es que él confía en mi gusto; lo amo tanto 🥹). Nadie lo iba a vestir mejor que yo. Y no me equivoqué. Fuimos con la idea de comprar un traje negro, pero al llegar y probárselo nos dimos cuenta de que no se veía bien. No me convencía. Además, el evento sería de día, y el negro es un color que se usa más por la noche. Así que decidimos probar otros tonos. Nos ofrecieron gris, verde, beige y azul. Pero en azul había dos opciones: azul marino y azul “ojo de perdiz” (así lo llamaron en la tienda; es como un azul cobalto). Cuando lo vi, fui corriendo a buscar su talla. Cuando salió del vestidor con el traje puesto… ¡a mí se me cayeron las pantaletas! 😍 ¡Qué guapo! Ese era el color. También elegimos un chaleco color plateado y yo me encargué de comprarle una pajarita rosa palo que iba a juego con mis tacones.
Para la comida elegimos una opción tipo cóctel, y lo bueno es que el hotel se encargó de todos los preparativos de la comida y del servicio de camareros. También se ocuparon de montar la decoración el mismo día del evento. Así que me concentré los siguientes meses en elegir la lista de invitados, planificar la música, el cotillón de la hora loca, los detalles para los invitados, los colores de la decoración, el tocado, los servicios que contrataríamos: el fotógrafo, la maquilladora, la peluquería… eran tantas cosas. Y eso, además, mientras organizaba la estadía de mi familia y tenía que ir a trabajar. Si algún día piensas en casarte, no hagas como yo y delega. O al menos inténtalo.
Eso sí, debo decir que el día de la boda todo fue perfecto. El clima fue un regalo del universo: 27 de septiembre y un sol espectacular. El decorado más hermoso del lugar fue, sin duda, el mar y el cielo azul. A los padrinos les pedí que buscaran un traje lo más parecido posible al azul cobalto del novio, y también les coloqué una pajarita rosa palo a cada uno (incluido mi papá). A las damas de honor las vestí de rosa (porque no podía ser de otra manera). No llevaron el mismo vestido, ya que cada una tenía un cuerpo distinto y se sentía cómoda con un estilo diferente, pero sí compartían el mismo color. Eso hizo que todo combinara a la perfección: rosa, blanco y el azul del mar y del cielo.
Quise comprarme la clásica bata y el vestido de seda que usan las novias cuando las maquillan. Mi bata, además, tenía la palabra Bride (y una corona 👑) escrita detrás. También compré algunos accesorios para la ocasión: un neceser con la palabra Bride también, una pinza de pelo blanca, un termo blanco con mi “bebida mágica” (guiño, guiño) y unas gafas de sol blancas en forma de corazón, ambos decorados con perlas. Todas las invitadas recibieron las mismas gafas blancas de corazón, pero en versión sin perlas, lo cual hizo que muchas llevaran el mismo accesorio durante la boda. Y, claro, también hubo una versión masculina, tanto para el novio como para los invitados.
Pero hay algo que te tengo que confesar: estaba muy tensa y nerviosa. No por nada malo, sino porque había tantos detalles y tantas cosas que supervisar, que era muy complicado vivir el aquí y el ahora. Además, quería que todo saliera perfecto, así que la carga autoimpuesta fue aún mayor. Mi familia había llegado hacía pocos días, y tenía muchas emociones a flor de piel. Planificar, organizar y ejecutar una boda requiere tiempo, energía, dinero y paciencia. Y si encima lo haces con gente en casa, es normal que la tensión se apodere de tu cuerpo. Mi estómago se cerró, así que el delicioso bufet que había elegido para ese gran día apenas pude probarlo. Pero, a pesar de todo, valió la pena. Me casé con el hombre más maravilloso que he conocido en mi vida. Y eso vale todos los nervios, el estrés, el insomnio y el esfuerzo que esta boda me pudo generar.
Y bueno… el gran día llegó. Casarse en la playa es hermoso, pero tiene un pequeño detalle: el traslado. Llevar todo al sitio, mover a la gente y que no se te olvide nada requiere mucha organización. Ese día salimos temprano por la mañana, a las 9:30, porque habíamos quedado con las maquilladoras a las 11. Así que imagínate el jaleo. Yo me desperté a las 7, aunque me había dormido de madrugada. No pude dormir más. Los nervios estaban ahí desde la noche anterior. Pero no eran nervios negativos: lo que yo sentía era un exceso de energía (y mira que había dormido poco y estaba cansada). Así que me levanté temprano para ir adelantando cosas.
Al llegar con las maquilladoras comenzamos con mi madre y mi hermana. A las novias suelen arreglarlas apenas un par de horas antes del evento; esto para que el fotógrafo pueda estar presente en los retoques finales y en las primeras fotos con el vestido. Días antes ya había ido a la peluquería para hidratar y cortar mi cabello. También me mandé a arreglar todas las uñas (manos y pies) y a laminar las cejas. Hay novias que se hacen más tratamientos faciales, pero yo llegué hasta ahí. En casa me puse mascarillas y no faltó mi rutina de skincare, mañana y noche, para que ese día mi cutis estuviera perfecto.
Cuando estuvo listo el maquillaje y el peinado, me sentía una princesa. Yo amo el maquillaje, y me sé maquillar muy bien. Pero las maquilladoras de bodas tienen una magia especial (o al menos la mía la tenía). Tanto la maquilladora como la peluquera me dejaron preciosa. Al colocarme el vestido y hacerme las primeras fotos, ya podía ver las lágrimas en los ojos de mi madre. Y mi padre tenía una cara de nervios que jamás le había visto antes. Supongo que el orgullo de estar allí tuvo mucho que ver.
A mi padre lo vestimos y lo pusimos guapo para ese día, y mi madre estaba bellísima e impecable. En el momento de entrar con ellos les dije en tono de broma: “Bueno, no dejen que me caiga”. Ambos sonrieron, porque jamás me habían dejado caer antes en toda mi vida… y ese día, mucho menos.
Al salir y ver a Don Besucón esperándome (no en el altar, sino a un lado, de pie, tocando el teclado), mi corazón latía a mil por hora. Ya sabía que tocaría algo, pero no estaba segura de qué. Ese día interpretó una canción que compuso especialmente para mi entrada a la boda: mi canción, nuestra melodía. Al verme, no pudo evitar comenzar a llorar. Luego me confesó que hasta le temblaron las piernas. Todos en el hotel (no solo mis invitados) comenzaron a aplaudir mi entrada. Me sentía muy vista, sí, pero tan feliz…
Los padrinos y madrinas prepararon discursos para ese día, y nosotros escribimos nuestros votos. Lo que más vi fueron lágrimas y sonrisas. La gente se conmovió mucho, sobre todo con los votos de Don Besucón. Yo preparé los míos en otro idioma: el valenciano. Tengo que admitir que, aunque los estudié, no me los sabía muy bien (tampoco es que tuviera demasiado tiempo para practicarlos). Supongo que mi pronunciación no fue la mejor, pero Don Besucón lloró durante todo mi discurso y me dijo que entendió todo. Así que me doy por satisfecha.
Pero la verdad, lloramos con todos los discursos. Yo no tanto, porque estaba cuidando no arruinar mi maquillaje, pero más de uno tuvo que sacar varios pañuelos ese día. Fue un momento muy conmovedor, muy tierno y lleno de amor. Mi hermana del medio, que no pudo asistir porque vive en otro país, nos sorprendió a todos con un audio súper tierno y emotivo. Ahí fue cuando las lágrimas bajaron con más fuerza… pues hace nueve años que no la veo, y la echo muchísimo de menos. Pero quien más me hizo llorar, sin dudas, fue Don Besucón. Son palabras que ya me dice muy a menudo en la intimidad, en nuestro día a día, pero escucharlas así, en público y frente a todos nuestros seres queridos, fue muy impactante y especial para mí.
Bueno, una vez que terminó la ceremonia, vino el cóctel. Ahí nos hicimos fotos con todos, saludamos, charlamos y compartimos con los invitados. Pero lo más esperado de todo (la rumba) vino justo después. Don Besucón y yo habíamos preparado un baile. Bueno, digo “preparado”, pero en realidad improvisamos bastante. Digamos, en pocas palabras, que el baile fue el desastre más grande de todo el evento. Nos reímos muchísimo, aunque a la gente le costó aplaudir... pero bueno, al final lo importante es que nos pasamos un momento muy divertido. Eso es lo que cuenta… ¿no?
Es muy cierto eso que dicen: el día de tu boda se pasa volando. Apenas te das cuenta, ya estás despidiendo a los invitados. Me hubiera gustado habérmelo disfrutado más, también te lo digo. Pero en la rumba pude bailar hasta abajo (o hasta donde el vestido me dejó) y disfrutar al lado de la gente que amo. Al final del día te das cuenta de algo importante: te acabas de casar. Y eso, eso es lo más bello de todo. El poder unir tu vida con la persona que más amas en el mundo es algo verdaderamente mágico.
¿Y lo mejor? Todo fluye, como el río. Todo va a su sitio, sin forzar, sin apretar. Cuando te casas con la persona correcta, sientes que todo pasa solo. Porque no tienes que esforzarte demasiado en hacer que el otro te ame. Solo eres tú, y todo funciona.
Quiero aprovechar este post para dar las gracias a todas las personas que nos han brindado mensajes de apoyo, felicitaciones y buenos deseos. GRACIAS. Jamás me había sentido tan arropada como en estos días. Muchísima gente (más de la que pensaba) me felicitó o me dio “like” al ver las imágenes del evento. Así es: mis redes sociales (con mi poco alcance) también explotaron. Aunque no fui tendencia mundial, sí lo fuimos en nuestro círculo cercano. Y eso pasa cuando la gente que te rodea se alegra por ti genuinamente. A mi familia, a mis amigos, a mis amiguis, a mis antiguos compañeros y compañeras de trabajo, a personas que conocí en la universidad, en un curso, en un trabajo, en un círculo compartido… hubo tanta gente que me dio amor, que aún no lo puedo creer.
No sé si la boda de Selena Gomez fue tan mágica como la mía (aunque por su sonrisa se ve que hubo mucho amor y alegría), pero sin duda yo no la olvidaré. El 27 de septiembre será una fecha con un significado único para el resto de mi vida: el día en que me casé con el amor de mi vida.
Y, amiga… ya te hablaré de la luna de miel, porque ahí hay mucha tela (y chisme) que cortar. 😏
De momento me despido. Espero que tengas un gran inicio de estación y que hayas disfrutado esta lectura tanto como yo disfruté contarte todo el chisme de mi boda. Ya tenía ganas de escribir, pero es que para poder contar experiencias mágicas e increíbles, primero hay que vivirlas.
¡Nos leemos en el proximo post!👰🏻♀️💍🤵🏼
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Hasta contando esto me hiciste llorar hija de mi vida ♥️♥️♥️ Para mí tu boda es la boda del año gracias por cumplir tu sueño por las dos 🙏🙏 Pura felicidad es lo que te espera 🥳🥳🥳🥳
ResponderBorrarTe amo mami!!! Gracias por estar presente en el día más importante de mi vida!! Eres la mejor!!❤️❤️
BorrarFelicidades que sea Dios guiando su matrimonio 🙏🙏
ResponderBorrarAmén! Muchas gracias!!❤️
BorrarHaaayyy felicidades mi amor que continúen con la bendición de Dios lo ame este pos
ResponderBorrarMuchísimas gracias🥹🥹❤️
BorrarSin duda esta celebración va a quedar en mi memoria, feliz de pertenecer a este día tan importante y especial! Mis mayores éxitos y bendiciones para los novios!
ResponderBorrarMuchísimas gracias!! No haz firmado con tu nombre pero serás una de mis invitadas o invitados. Así que GRACIAS, por estar ahí y por compartir con nosotros un día tan especial e importante.
BorrarUn saludo!!❤️❤️
Bendiciones y muchos amor! ❣️🙏🏻
ResponderBorrarMuchísimas gracias! Un saludo❤️
BorrarDios te bendiga siempre me sobrina bella 🙏😘 para ti y para tu esposo mis mejores deseos aunque nunca he estado cerca de ti te amo con el alma y me siento orgullosa de lo que eres. Mil bendiciones mi keisy querida
ResponderBorrarMuchas gracias mi tía bella🥹❤️ y yo te amo con el alma también mi tía hermosa!!! Que deseos más bonitos... como tú! ❤️❤️
BorrarPreciosa y emotiva descripción de vuestra boda, os deseo la felicidad que os merecéis, besos.
ResponderBorrarMuchísimas gracias!! ❤️❤️
BorrarLa vida está llena de momentos, vivencias, sueños..... Vívela con planitud!!!!!
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo contigo!! Al final la vida es eso: momentos. Muchas gracias por leerme y por tus lindos deseo!!❤️ Un saludo!!🥰
BorrarHola preciosa, me alegro muchísimo de que todo saliera tan bien, que disfrutaréis con los familiares que viven lejos y los que tenéis aquí, conozco el sitio elegido para esta gran celebración y me parece de lo más acertado,,esperando conocer un poquito de la luna de miel .😘😘
ResponderBorrarMuchísimas gracias por tu comentario 🥹❤️ La verdad es que fue una boda de ensueño. Todo fue mágico!! Ya te contaré de la Luna de Miel, no te preocupes hehehehe 🤭 un saludo!!❤️
BorrarMi más sincera y cariñosa enhorabuena!!! Os deseo una vida llena de cariño, amor, comprensión.
ResponderBorrarHe visto las fotos, y me habéis emocionado, estáis guapísimos y llenos de amor !!!
Un abrazoteeee !!!
Muchísimas gracias por tus lindos deseos!!! 🥹❤️ Todo fue un sueño hecho realidad!! Y las fotos una pasada! Un saludo❤️
BorrarMi reina te deseo una vida bendita y llena de amor 😘
ResponderBorrarMuchísimas gracias!!! 🥹❤️ te deseo lo mismo guapa✨
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