Sí, ya sé… últimamente tiro mucho de blogfesiones, pero es que estoy tan ocupada estos días que sentarme a escribir algo más estructurado o de investigación me resulta casi imposible. Aún así, no quiero dejar de pasarme por aquí, porque escribir me encanta demasiado y es mi cable a tierra. Así que hoy toca chismecito del bueno, que hace rato no te cuento nada de mi vida. Este próximo mes será, sin exagerar, uno de los más importantes de mi vida. Primero, porque después de 7 años y medio voy a ver a mis padres otra vez (sí, estoy contando los días 🥹). Y segundo, porque me voy a casar. Y eso, de por sí, es el evento más grande de mi vida después de emigrar. ¿Brindamos juntas por esto? 🍷✨
Emigrar siempre te aleja de la gente que amas, pero también te abre la puerta a nuevos vínculos, de esos que se vuelven tu familia en las buenas y en las malas. Para mí, además, ha sido un viaje salvaje, duro, divertido, raro, único y, sobre todo, increíble. Todo lo que he vivido (mis errores, mis decisiones, mis aciertos) me han traído, de forma inevitable, hasta aquí. Y ojo, en ese camino ha habido de todo: desde días color rosa hasta otros muy oscuros, llenos de incertidumbre, tristeza y desesperanza. Pero cada reto terminó transformándose en una enseñanza, en parte de la vida que hoy me ilusiona todos los días… y mucho más desde que lo conocí a él.
Antes de él, yo no quería creer en el amor. No lo buscaba. Me habían lastimado demasiadas veces, así que me convencí de que estaba mejor sola. Y justo cuando ya me sentía la mujer más fuerte e independiente del mundo, viviendo en un ático precioso y haciendo lo que quería… apareció él. Sin buscarlo.
Un día salí a tomarme una cerveza con un chico (con cero expectativas, te lo juro) y, meses después, terminé enamorada. Pero… ¿cómo no iba a pasar? Nunca olvidaré una conversación que tuvimos en su coche. Él, con toda la cara del mundo, me preguntó: “¿Qué es lo que más te gusta de un chico?” Y yo, sin pensarlo mucho, respondí: “Que me haga reír”. Él me hizo reír desde el primer día. Y así, entre risas, besos, miradas profundas y un sexo increíble, me enamoré del amor de mi vida. Tan fácil, tan natural, que ahora simplemente no concibo la vida sin él.
Cambió mi vida desde el primer momento. Me hizo enamorarme de alguien completamente distinto a mí, pero que, justo en esa diferencia, encontré mi complemento. Él es luz en mis sombras. Gracias a él volví a escribir, a bailar y pude replantearme cosas de mí misma. Sin duda me ha hecho crecer, sacándome muchas veces de mi zona de confort. Con él aprendo cada día. Amo cómo me hace reír, cómo me mira, cómo me acaricia, cómo me abraza, cómo me espera y cómo me consiente…
Sin duda, me caso convencida de que estoy con el amor de mi vida, mi Don Besucón, con mi futuro y con mi paz. Ya estoy en el tramo final hacia mi boda, y se nota. Estos días han sido tan movidos como mágicos. Esta semana fuimos a las pruebas finales de nuestros trajes, y no te imaginas la emoción que siento. Aunque, claro, también tengo un buen lío: organizar una boda requiere muchísimo tiempo y energía.
Y aunque hay días en los que estoy muy tensa, intento disfrutar el proceso. Es imposible no estar nerviosa con todo lo que se viene el próximo mes. Pero sé que mi vida ya cambió en el momento en que nos fuimos a vivir juntos. Nunca antes había convivido con una pareja, así que todo fue nuevo para mí. Y ahora siento que estoy a punto de decirle al mundo: apuesto todo a esta relación. Quiero estar con él hasta que ya deje de respirar.
Te confieso que yo era de las que decía que no quería casarse. Me consideraba una mujer del futuro, distinta, que “no quería lo mismo que todas” (sí, así de tonta era). Pero cuando te enamoras, la vida te cambia. Y no porque dejes de ser independiente o pierdas tu autonomía (para nada), sino porque estar con la persona correcta te hace conocerte mejor y quererte más. Cuando conocí a Don Besucón no imaginaba que mi vida daría un giro tan grande. Literalmente me cambió la perspectiva. Antes, en otras relaciones, solía sentirme coartada, limitada e incluso controlada.
Yo no vivía el amor de forma libre, y por eso renegaba tanto de las relaciones. Lo máximo que había estado con un chico antes de Don Besucón fueron 15 meses. Nada. Mientras todos a mi alrededor tenían historias largas de 3, 4 o 5 años, yo no pasaba de ahí. Llegué a pensar que era malísima eligiendo, que los chicos que se fijaban en mí en realidad no me querían (o yo no los quería a ellos, porque tampoco soy una santa). Tuve relaciones en las que, al poco tiempo, simplemente dejaba de sentir y me iba. No por nada malo, sino porque si no soy feliz con alguien, me voy.
Eso me llevó a creer que eventualmente me quedaría sola (sí, lo admito, un poco dramática soy). Pero justo cuando logré estar en paz con esa idea (e incluso llegué a disfrutarla) apareció él. ¿A dónde voy con todo este rollo? A decirte algo muy simple: no te conformes. El amor de tu vida está allá afuera. Y si aún no lo has conocido, es porque todavía no estás lista. Punto. El amor propio y la paz con una misma son lo que abre la puerta para que llegue alguien que te amará como siempre soñaste.
Muero de ganas por empezar mis vacaciones. He trabajado todo el verano y ya necesito parar. Aunque, siendo sincera, parar-parar solo lo haré en la luna de miel, porque con la boda y mi familia de visita aún queda mucho por hacer. Pero voy feliz.
Hay días en los que me salen solo reels de bodas (sí, oficialmente estoy en mi BRIDE era ✨) y me emociono tanto que termino llorando. La verdad es que jamás pensé, cuando tenía 13 años y soñaba con casarme, que acabaría con un músico pianista (y encima un artista increíble) dándome el “sí quiero” en la costa valenciana… (ya te contaré los detalles cuando llegue el momento). Es incluso más increíble de lo que soñaba.
Después de tantos tropiezos y de tantos blue days, hoy vivo una vida que me llena cada día. ¿Y lo mejor? Que esto apenas está comenzando… 💫
¡Nos leemos en el próximo post!💍👰🏻♀️✨
Te leo y siento el corazón chiquitito de emoción y de nostalgia por no poder compartir en físico esta alegría contigo, son tantos sentimientos que no puedo siquiera describirlos, leer en este post todo lo que estás sintiendo me llena de orgullo porque mi hermana crío una hija tan hermosa por dentro como por fuera y tan fuerte como ella (3 hijas maravillosas) desde la distancia está vieja que te ama le pide a Dios que siempre sonrías que ha pesar de que hayan días nublados tu al sonreír hagas que todo brille 🥰🙏🏻 te amo mi niña y les deseo a los dos días claros y oscuros, claros para disfrutarlos y oscuros para que sean ustedes con su amor darle claridad a esos días......
ResponderBorrarYa creo que me convertí en escritora 🤭😁
Mi tía bella de la vida! Gracias por ese comentario tan lindo! Hahahaha toda una escritor de closet... deberías escribir más 🤭 Te quiero muchísimo y gracias por apoyarme tanto🥹 significa mucho para mí!! Un besote tía❤️
Borrar