¿Te gusta que te miren?

    
Hay muchas maneras de disfrutar la sexualidad y, créeme, no siempre tienes que acabar sudada y empapada de placer. Existen otras formas de sentirte excitada, e incluso de llegar al éxtasis, solo con mirar o con la sensación de ser observada. Esta semana quiero hablarte de una práctica que, aunque en psicología se considera una parafilia, es mucho más común de lo que imaginamos. De hecho, tú misma la practicas sin darte cuenta cada vez que compartes imágenes provocadoras o disfrutas recibiéndolas (guiño, guiño). ¿Quieres saber más sobre esta práctica? Dime, ¿qué tanto te gusta que te miren?

Estoy hablando del voyerismo. Seguramente ya has escuchado o leído esa palabra alguna vez, pero, ¿te has sentado a investigar qué significa de verdad? Yo no lo había hecho hasta que me puse a escribir este post, así que tranquila, que tampoco lo tenía tan claro. Comencemos por el principio: ¿Qué es el voyerismo? Es, básicamente, el arte de mirar y disfrutarlo. No hablamos de un espía con gabardina y binoculares (eso es ilegal y bastante anticuado, amiga), sino de ese placer que sentimos cuando observamos algo o a alguien que nos excita. Ya sea viendo una escena picante en una peli, stalkeando fotos de gente en bolas en Instagram o disfrutando de un striptease en pareja… el voyerismo está más presente en tu vida de lo que crees. Y si además te gusta la idea de que alguien te observe cuando te pones sabrosita (guiño, guiño), pues felicidades: también llevas una exhibicionista dentro. ¡Doble play!

Y seguramente estarás diciendo: ¿Cómo que exhibicionista? Tranquila, no te asustes con la palabra. Sé que lo primero que viene a la mente es el loquito de la calle (en mi país, así llamamos de forma cariñosa a las personas sin hogar que también tienen alguna enfermedad mental) que asusta a todo el mundo mostrando sus miserias… pero no, no va por ahí.

El exhibicionismo es una práctica que va de la mano del voyerismo, un poco como la sumisión y la dominación en el BDSM: se necesitan. Un voyerista ama mirar y un exhibicionista ama ser observado.

¿Y qué es exactamente un exhibicionista? Si el voyerismo es el arte de mirar y disfrutarlo, el exhibicionismo es el placer de ser visto… y gozar con ello. No estamos hablando de gente abriéndose la gabardina en la calle (eso es un delito), sino de esa emoción que sientes cuando te pones tu mejor lencería, te sacas una foto sensual o te bateas más al caminar cuando sabes que alguien te está mirando. Desde el sexting hasta un bailecito provocador en la intimidad, el exhibicionismo está en todas partes. Y si alguna vez te ha gustado la idea de que alguien te mire mientras haces travesuras… pues ya lo sabes: llevas una pequeña exhibicionista dentro. ¡Déjala salir a jugar!

Ahora bien, estas prácticas siempre han estado ahí, pero no solo forman parte de la vida real. La cultura popular está llena de referencias (muy interesantes) al voyerismo y el exhibicionismo. Desde la literatura, el cine y la TV, hasta la música, el arte y, por supuesto, las redes sociales y páginas web. Todo, de alguna manera, gira en torno al placer de mirar o de ser observado. Para que lo entiendas, aquí van algunos ejemplos.

El voyerismo ha sido explorado en el cine de formas muy sensuales, como en Eyes Wide Shut (1999) de Stanley Kubrick. Esta película nos sumerge en un mundo de deseo y secretos donde el placer de observar se vuelve tan excitante como participar. En París, Texas (1984), de Wim Wenders, una escena icónica muestra a un hombre viendo a su exesposa sin que ella lo sepa, jugando con la idea de la distancia y la intimidad a través de la mirada. Carne Trémula (1997) de Pedro Almodóvar también coquetea con esta fantasía, donde las miradas cargadas de deseo se convierten en los protagonistas de la historia. Porque sí, el placer de mirar (y de ser visto) es una fantasía más común de lo que creemos.

En la televisión, el voyerismo también ha sido un tema recurrente. Series como You (2018) lo llevan al extremo con un protagonista obsesionado con observar a sus víctimas/novias en secreto (si no la has visto, te la recomiendo demasiado). Black Mirror (especialmente el episodio The Entire History of You) explora cómo a través de la tecnología potenciamos nuestra fascinación por mirar y ser mirados. Y, por supuesto, Big Brother (Gran Hermano), el clásico de los clásicos, convirtió el acto de observar en puro entretenimiento, demostrando que a todos nos gusta espiar… aunque sea de manera "inocente". 

En la música, el voyerismo también ha dejado su huella con letras que juegan con la idea de mirar (y ser mirado). Every Breath You Take de The Police es el himno del observador obsesivo, mientras que Peeping Tom de Rockwell lleva el concepto al extremo. Madonna, siempre provocadora, coqueteó con el exhibicionismo en Justify My Love, y Wicked Game de Chris Isaak nos sumerge en un deseo casi cinematográfico. The Weeknd, con su estilo sensual y misterioso, también explora esta temática en canciones como In the Night y Earned It, donde la seducción y la mirada lo son todo. Lana Del Rey, por su parte, convierte la idea de ser observada en un juego de seducción y vulnerabilidad en temas como Ultraviolence, Summertime Sadness y Young and Beautiful, donde la belleza y el deseo se mezclan con la fascinación de la mirada ajena. Porque sí, el placer de observar y ser observado también se canta… y se baila.

El voyerismo en la era digital está más presente que nunca, y las redes sociales han elevado esta práctica a otro nivel. ¿O acaso no has pasado horas espiando perfiles en Instagram, viendo historias de alguien sin interactuar o revisando fotos antiguas de tu crush? Desde el stalking inocente hasta el consumo de contenido en OnlyFans, el placer de mirar (y ser mirado) es parte de la conversación. Las selfies sexys, los videos sugerentes en TikTok, los lives donde la gente muestra su día a día… todo está diseñado para captar miradas y alimentar ese deseo de observar o ser observado. Incluso el famoso “modo incógnito” en ciertas páginas web (guiño, guiño) nos recuerda que la fascinación por mirar sin ser vistos sigue tan fuerte como siempre. Así que sí, en la era digital, todos somos un poquito voyeristas… aunque no lo admitamos.

Y claro, si hay una plataforma que destaca por haber llevado el voyerismo y el exhibicionismo a otro nivel, esa es sin dudas: OnlyFans. Aquí, la barrera entre mirar y participar se vuelve más difusa, porque ya no solo observamos desde la distancia, sino que podemos interactuar, comentar y hasta pedir contenido personalizado. Es el voyerismo 2.0, donde el placer de mirar no solo se satisface con imágenes o videos, sino con la ilusión de cercanía e intimidad.

Lo interesante de OnlyFans es que pone el control en manos del exhibicionista, quien decide qué mostrar, cómo y a quién. No es como el voyerismo tradicional donde alguien mira sin ser visto; aquí, hay un juego de intercambio: el espectador paga por mirar y el creador disfruta siendo observado, pero también por el poder que tiene sobre lo que comparte. Es el lado más moderno del deseo de mirar y ser mirado, envuelto en la economía digital del placer.

Y si OnlyFans ha revolucionado el exhibicionismo, las páginas de webcams han llevado el voyerismo a su máxima expresión. Plataformas como Chaturbate, MyFreeCams o BongaCams permiten que miles de personas disfruten del arte de mirar en vivo, con la posibilidad de interactuar en tiempo real. Aquí, la fantasía se vuelve más dinámica, porque no solo ves, sino que puedes influir en lo que sucede. Es el voyerismo 2.0, donde mirar deja de ser pasivo y se convierte en un juego compartido.

¿Te consideras voyerista o exhibicionista? Te diré que yo juego en ambos lados. Disfruto muchísimo mirando, ya sea cuerpos hermosos o escenas muy hot, pero también me encanta sentirme observada (si has visto mi instagram te habrás dado cuenta). Creo que hay que probarlo todo, y si algo destaca más que lo demás, ya sabrás cuál es tu rol y cómo compartirlo. Un voyerista siempre va a querer a un exhibicionista para jugar. Y si estas dinámicas no son lo tuyo, está perfecto, pero reconozcamos que, con las redes sociales de por medio, un poquito de voyerista sí que tienes dentro (seguro que algún chico guapo sigues en tu Instagram, ¿verdad?). A Don Besucón le encanta mirarme... pero también le fascina que lo mire (sobre todo esos días en los que una está más cachonda, modo cazadora activado). Al final, se trata de divertirse con tu pareja, ¿no?

Esta semana, que no te avergüence ver o ser observada si alguien te pilla; al fin y al cabo, todos estamos en el mismo club (aunque algunos no lo admitan). En mi país decimos una frase con la que estoy totalmente de acuerdo: para eso se hicieron los ojos, ¡para ver! Así que, si te pillan mirando o siendo mirada, solo sonríe y sigue con tu juego, porque la diversión empieza con una buena mirada (guiño, guiño). Ya sea en la intimidad o en las redes, un poquito de curiosidad nunca está de más. No tengas miedo de explorar esa idea y recordar que, a veces, lo mejor está en lo que no se dice, solo en lo que se observa. Así que déjate llevar por lo que ves o lo que quieras que vean... ¡que la vida es demasiado corta para no disfrutar de la vista!

¡Nos leemos en el próximo post!👀🔥

Fuentes para esta entrada:

Trastorno voyerista | Psychology Today en español

The New York Times - Breaking News, US News, World News and Videos

(PDF) Digital Exhibitionism The Age of Exposure

Latest news, sport and opinion from the Guardian

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