jueves, 27 de marzo de 2025

El sexo y las redes sociales: ¿qué nos están vendiendo?


     Los estándares de belleza impuestos por la sociedad están en su mayor auge con las redes sociales. Lo que antes estaba limitado a las revistas, la publicidad y los canales de TV, ahora están al alcance de nuestra mano a toda hora, todos los días del año. Es inevitable pensar cuál es el impacto que ha tenido en nuestra sociedad y en cada una de nosotras de forma individual, sobre nuestra percepción y la manera en que compartimos nuestra imagen y (casi de forma inevitable) nuestra sexualidad. Acompáñame esta semana a reflexionar sobre como las redes sociales han cambiado la manera en la que las mujeres viven y conciben la sexualidad. ¿Qué tan peligroso es usar las redes para saber sobre sexo?

Hoy en día, los filtros de Instagram, los videos tutoriales en TikTok y las imágenes de mujeres "perfectas" en todas las plataformas se han convertido en la referencia, incluso para aprender sobre nuestro propio cuerpo y deseos. Pero, ¿realmente estamos aprendiendo lo que necesitamos saber? O, ¿nos estamos perdiendo en una maraña de expectativas poco realistas sobre cómo debemos vernos, comportarnos y vivir nuestra sexualidad? Sé que es irónico, pues esta es una red social y yo hablo de sexo semana a semana. Pero justamente por eso me esfuerzo en buscar fuentes confiables que respalden mis ideas o mis reflexiones. Pero normalmente eso no es lo que abunda. Vivimos en un mundo de consumo rápido, donde la información que nos llega no siempre proviene de personas con el objetivo de enseñarnos algo valioso. A veces, lo que consumimos nos distorsiona más que nos ayuda a vivir nuestra sexualidad de manera plena y real.

Estamos en la sociedad de usar y tirar. Y eso ya no solo abarca lo que consumimos como espectadores y compradores, sino que hemos trasladado ese concepto a nuestras relaciones humanas y a nuestra propia percepción. Las mujeres nos enfrentamos a estándares de belleza extremadamente altos y distorsionados. Nos venden la idea de cómo deberíamos vernos, pero también de lo que deberíamos sentir o pensar. Y, para mí, eso resulta demasiado invasivo. En plataformas como Instagram, TikTok y X (Twitter), donde las imágenes (y nuestra propia imagen) son las grandes protagonistas, las mujeres a menudo son vistas, evaluadas y categorizadas por su apariencia física: desde su cuerpo hasta cómo se presentan en sus fotos o videos. De alguna manera, las redes sociales refuerzan la idea de que el cuerpo femenino es solo un objeto de deseo, y muchas veces nos vemos presionadas a cumplir con esos estándares, como si fuera lo único que importara (porque yo también me incluyo). 

Pero entonces surge otro debate: la libertad de ser sexy o mostrar la sexualidad por el propio placer. Este tema también ha sido parte de un debate profundo dentro del feminismo. Muchas mujeres no están de acuerdo con la auto sexualización, y aunque respeto su punto de vista, no lo comparto. Entiendo sus argumentos, ya que para ellas esto representa una "falsa libertad", una en la que las mujeres se exponen y, por lo tanto, terminan cumpliendo con los roles de género impuestos por el patriarcado. Pero, ¿qué pasa cuando una mujer lo hace por su propio empoderamiento, por su fuerza interna? Tal vez muchas de las modelos que posan con poca ropa lo hacen porque disfrutan el arte del modelaje (y déjenme decirles que es un arte; posar con técnica pero con naturalidad es mucho más difícil de lo que parece...). ¿Significa que su forma de expresión es menos válida solo porque coincide con lo que algunos hombres quieren ver? En mi opinión, no.

Pero aquí debemos tener cuidado, porque la sobreexposición tampoco es algo que beneficie a nuestra autoestima. Sí, lo sé, es un poco complicado de entender, pero todo está en la intención: ¿lo estás publicando porque te sientes poderosa y segura de ti misma o porque estás buscando likes? Esa pequeña diferencia es lo que distingue posar con poca ropa por pasión, a hacerlo buscando validación externa. Acostumbrarnos a que nuestra autoestima dependa solo de nuestra apariencia física es una bomba de tiempo, porque la belleza no dura para siempre. Sin embargo, es importante traer a la mesa la conversación sobre el sexo y nuestra sexualidad, justamente para que nosotras tengamos el control y entender ¿qué compartimos? Y, ¿por qué lo hacemos? Movimientos como el #sexpositive han ganado fuerza en redes sociales. Este tipo de plataformas permiten compartir experiencias, romper estigmas, empoderar a las mujeres y fomentar una visión saludable de la sexualidad basada en el consentimiento y el respeto en un espacio liberador para que éstas puedan expresar su sexualidad de forma auténtica y sin miedo al juicio. 

Sin embargo, las redes sociales también conllevan riesgos, como la presión constante por cumplir con ciertos estándares de belleza o la cosificación, lo que puede afectar negativamente nuestra salud mental. A pesar de estos desafíos, siguen siendo un vehículo fundamental para la liberación sexual, siempre que se utilicen con conciencia y con el objetivo de empoderar, no de buscar la aprobación ajena. Si realmente disfrutas posar y fotografiarte, más allá de los likes y los comentarios, entonces nadie tiene por qué decirte que lo que haces es solo para complacer o cumplir con expectativas externas.

Pero, ¿qué pasa cuando ese contenido que te hace sentir bella y empoderada termina afectando negativamente a los demás? Es inevitable entrar a las redes sociales sin toparte con la imagen de una personas con muchísimos seguidores porque tiene una apariencia muy trabajada o una vida muy envidiable. Las famosas y las "Influencers" juegan un papel importante en esta distorsión en los entandares de belleza que cada vez son más altos. Éstas tienden a mostrar versiones altamente estilizadas (además de mejoradas quirúrgicamente) de sí mismas en las redes, lo que establece patrones de belleza poco realistas. Te aseguro que muchas (por no decir todas) de las modelos de esas fotos también desean verse en la vida real como se ven en las fotos. Entre los filtros, las cirugías, tratamientos estéticos costosos, rellenos, fillers, maquillaje y maquilladores profesionales, acceso a entrenadores, dietistas, estilistas; ¿quién se ve así de forma natural? 

Aunque muchas veces estos "Influencers" promueven mensajes de confianza y autoaceptación, el contraste entre lo que presentan y la realidad cotidiana puede crear confusión sobre lo que realmente se espera de las mujeres. Todas, de alguna manera o de otra, nos hemos comparado con algunas de estas mujeres. ¿Y quien no? Si parece que el mundo pierde la cabeza por la belleza y el lujo. Pero debemos recordar que nuestro valor como personas y como mujeres no depende ni de nuestra apariencia física ni de la aprobación de los demás

No tiene nada de malo seguir a estas personas, pero no debemos caer en la comparación constante, eso es lo que hace que tu autoestima comience poco a poco a desmoronarse. Y esto, a su vez, afecta directamente la manera en que vivimos nuestra sexualidad. ¿Cómo relajarnos y disfrutar de la intimidad si tenemos la cabeza llena de imágenes de cuerpos que no se parecen al nuestro? ¿Cómo no querer ocultar nuestros "defectos" si creemos que solo somos atractivas si nos vemos cierta manera? Es normal que, con todo esto, nos sintamos más inseguras o reservadas con el tema. Pero aquí es donde los movimientos sobre la autoaceptación y la sexualidad libre entran. Eso sí, no queremos que modelos de revistas, con sus retoques y cirugías, nos enseñen sobre nuestro cuerpo. Queremos ver mujeres reales.

Esta distorsión no solo afecta cómo nos vemos, sino también cómo entendemos nuestra sexualidad. Entre tanta información y desinformación en redes, es fácil caer en mitos o ideas poco realistas sobre el sexo. Por eso, es fundamental informarnos bien y buscar fuentes confiables para abordar la sexología desde un enfoque realista y centrado en el aprendizaje y el autoconocimiento. Debemos evitar caer en discursos moralistas, limitantes o simplistas, pero también evitar los excesos y la sobreexposición. La mejor fuente siempre será alguien con conocimientos profundos en sexología (los profesionales en sexología y psicología son las fuentes más especializadas, pero también podemos aprender de quienes han explorado la sexualidad desde otras perspectivas, como actrices de pornografía o trabajadoras sexuales. Y bueno, luego estoy yo, que simplemente amo compartir todo lo que aprendo porque soy curiosa con el tema; guiño, guiño). Personalmente, me gusta consultar tanto revistas populares entre mujeres (como la Cosmopolitan) como aquellas que ofrecen artículos más serios sobre sexología (como los que leo para escribir mis posts). Así logro mantener un enfoque equilibrado y realista, que me encanta compartir contigo. Como dicen en mi país: ni tan calvo ni con dos pelucas. Está bien buscar temas de sexología en las redes, siempre y cuando estemos atentas a las fuentes de esa información. 

La liberación sexual femenina en redes sociales es necesaria, pero también necesita ser comprendida. Muchas mujeres sufren lo que se conoce como slut-shaming, y te estarás preguntando: ¿y eso qué es? Pues lo que ha venido haciendo la sociedad durante toda nuestra historia: juzgar y criticar a una mujer por permitirse tener una sexualidad libre de los estándares sociales, por no ajustarse a lo que la sociedad dicta sobre cómo debe verse, vestirse, actuar y pensar, pero ahora llevado al terreno de las redes sociales. Es decir, si eres una chica que le encanta posar con ropa ajustada, en traje de baño o en poses un poco provocadoras, fácilmente puedes convertirte en blanco de este fenómeno.

Es cierto que, cuando no tienes tantos seguidores, el slut-shaming no se siente tan intensamente en las redes, pero eso no significa que no te afecte en tu círculo social. Te pondré un ejemplo personal: yo vengo haciendo desnudos artísticos desde que tenía 19 años (sí, lo sé, era bastante joven, pero ¿y qué? ¡Yo me divertía muchísimo!). Para mí era completamente normal querer compartir mi arte (censurado, claro) con los demás. En aquel entonces, tenía un grupo de WhatsApp con varias amigas y un chico que, en realidad, era otra amiga. En uno de esos días que decidí compartir mi arte, me vi señalada por tres personas dentro del grupo, que me juzgaron y criticaron por mostrarme con poca ropa en Instagram. ¿Sabes lo más irónico? Una de esas tres personas terminó haciendo OnlyFans. Yo creo que no era tan "correcta" como pretendía. Evidentemente, me sentí atacada. Para ellos, yo era una "zorra" y, por eso, no querían que siguiera en el grupo. Obviamente, fue para bien, porque mejor sola que mal acompañada, pero es para que veas lo que una mujer tiene que pasar por mostrarse tal como es o como quiere mostrarse.

Por otro lado, la liberación sexual es un concepto que promueve el derecho de las mujeres a vivir su sexualidad de manera auténtica, sin miedo al juicio o la vergüenza. Es el reconocimiento de que nuestra sexualidad nos pertenece y que no hay una única forma "correcta" de expresarla. Liberarse de los tabúes, estigmas y expectativas sociales nos permite disfrutar del sexo de manera más plena, sin ataduras a la vergüenza ni la culpa. Por ejemplo, las mujeres que disfrutan de una vida sexual activa, que no se avergüenzan de su deseo o que buscan explorar diferentes formas de placer, a menudo enfrentan críticas de la sociedad. Pero, en realidad, lo que están haciendo es reclamar su derecho a disfrutar de su cuerpo sin miedo al rechazo o la descalificación. La liberación sexual también abarca a quienes optan por no tener relaciones sexuales o eligen la abstinencia, pues se trata de la autonomía para decidir qué nos hace sentir bien. Tú eres quien elige lo que quiere ser, pero siempre buscando tu bienestar y sin reprimirte ni limitarte. 

Hoy en día, vemos que figuras públicas como Beyoncé, Rihanna o Megan Thee Stallion han adoptado posturas feministas que promueven la autonomía sexual y la eliminación del slut-shaming. A través de sus canciones, performances y mensajes en redes sociales, estas artistas nos muestran que las mujeres tienen derecho a ser dueñas de su cuerpo y disfrutar del sexo sin la carga de la vergüenza. Pero no son solo ellas. Madonna siempre será la precursora de todo este movimiento de liberación sexual femenina en los medios, abriendo el camino para quienes vinieron después: Britney Spears, Miley Cyrus, Christina Aguilera, entre otras. La cultura pop, a pesar de ser etiquetada como un producto patriarcal, ha sido clave para la liberación de la sexualidad y el deseo de las mujeres. Y sí, Madonna (principalmente) ha sido criticada por esto, especialmente por grupos feministas, pero al mismo tiempo, les ha dado a muchas mujeres la oportunidad de cuestionar sus tradiciones y lo que se espera de ellas y de su sexualidad en la sociedad. 

Y ojo, con esto no te estoy diciendo que se debe promover el libertinaje, sino que se trata de respetar la libertad sexual de cada mujer. ¿No es más sencillo disfrutar de tu cuerpo y tu sexualidad cuando te liberas de estándares irreales? Al quitarnos esas expectativas sociales impuestas, podemos realmente disfrutar de nuestra sexualidad de una manera más sana y genuina. Podemos usar las redes de forma liberadora, porque tenemos la libertad de elegir lo que consumimos y en qué medios. Que no te impongan ideas preconcebidas sobre estándares ajenos a tus deseos. Da igual cuántas parejas tengas, cómo vivas tu identidad sexual, cómo te vistas o cómo te expreses. Al final, se trata de respetarnos a nosotras mismas y las decisiones que tomamos, sin importar lo que el resto del mundo piense.

Y para terminar, la pregunta que nos planteamos es: ¿qué nos están vendiendo?, pues para mí, depende de lo que tú como audiencia y consumidora quieras consumir. Hay de todo, la clave está en filtrar lo que vemos y estar atentas a cómo nos afecta lo que consumimos por las redes sociales. Tienes el poder de hacerlo. No necesitas encajar en ninguna tendencia para sentirte valiosa, ya eres valiosa por el simple hecho de estar viva. Que nadie te diga, ni en redes ni en tu círculo cercano, cómo deberías vivir tu sexualidad. Eres libre de elegir como mostrarte y en qué términos. Lo importante es que te sientas bien contigo misma y que tus decisiones no le hagan daño a nadie. Y recuerda: tu cuerpo, tu sexualidad, tu elección. No dejes que nadie te haga sentir menos por ser quien eres.

¡Nos leemos en el próximo post!😉

Fuentes para esta entrada:

Mostrarnos sexis: ¿Nos empodera o cosifica? - La Tercera

The impact of social media use on body image and disordered eating behaviors: Content matters more than duration of exposure - PubMed

Redes sociales y sexualidad | Ventana abierta a la familia

Slut shaming. ¿Sabes lo que significa? – CJAS

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